divendres, 27 de setembre del 2013

ya no puedo escribir poesía, ni pararme a mirar las cosas bonitas, pues no quedan
ya no puedo seguir viviendo con buena cara cada semana, ni cada dia, ni cada hora.
ya no quiero aguantar mas esta basura que me han condenado a vivir, perplejo, me confundo y me sorprendo pensando qué debo hacer?
Vivir? Para qué? Acabaré siendo un mendigo desterrado de los tronos del capital. Y lo peor, es que estaría orgulloso.
Morir? Para qué? No pienso darme tanta importancia a mi mismo, ni siquiera morir me salvaría, simplemente dejaría este capítulo sin acabar. Maldita miseria que me persigue. Por qué viniste a amargarme locura? Por qué no puedo llorar como la gente normal? JODER
siempre soñando con ser uno más para poder dormir a gusto, siempre soñando con no ser nadie, con poder valorarme a mi mismo con lo que soy. Pero, qué soy?
No soy nada más que el sentimiento frustrado de un loco, 
un intento fallido de bohemio al cual le salió mal la dosis,
un parpadeo en los ojos de la mujer que siempre deseé,
un te quiero que no recibí, un adiós que recibiré.

No soy nada más que cenizas de tabaco,
tabaco que fumaré, pues ya soy adicto a él.
Con él, almenos, puedo pensar tranquilo,
puedo aspirar, notar como el humo me mata,
notar como mi pecho se expande,
notar como el humo sale.

Alegrías de vivir, no, 
alegrías de morir.
No son cosas buenas los placeres,
como todo en esta vida, acaba teniendo doble filo.
Maldita miseria que me persigues, dueña de mis locuras,
culpable de nada mas que de hacerme venir, maldito yo.

Pactaré con algun desdichado,
el poder dormir con una mujer,
no por sus pechos, ni por su pasado,
sino por poder dormmir acompañado.
Dormir solo duele. Y más cuando no te quieres.
Antes solía quererme más, solía ser más alegre, pero claro,
todo eso antes de vivir más.
Conforme me he adentrado en la vida, me he ido dando cuenta de que las cosas que más te gustan y que mas deseas son las que te pondran la zancadilla y luego te pisaran la cabeza para que no puedas levantarte.
Si, hablo de todo. Por eso quiero tener nada.
Quiero aprender a vivir solo del aire,
a respirar el humo de las nubes, nada más,
a vivir con un pincel en la mente,
aunque fuera sea de noche,
que mi sol alumbre más que el frío negro.

Que bonito sería.
Qué bonito sería salir ahi fuera de nuevo,
abrir la puerta poco a poco y salir.
Ver quien soy, ver como he sido, ver para qué soy y por fin dormir tranquilo.

No creo que sea tan malo. 
Solo necesito irme.
Irme solo.
Y quizás no volver.
No quedan rincones, ni lunas, ni farolas.
No quedan gotas de lluvia,
no quedan vasos vacios,
lámparas rotas, ni domingos alegres.

No quedan sonrisas despues de la primera calada,
no quedan versos, secos, dentro de mi.
No quedan paredes, ni ventanas, para salir.

Nada queda sino yo,
vacío como la carcel en la que me encuentro.
Nada queda, ni siquiera yo,
intenté quererme y fallaron los argumentos.

No quedan drogas, no quedan hoteles,
no quedan fiestas, ni lujo, ni dinero,
no quedan besos, no quedan amigos,
no quedan musas dispuestas a bailar conmigo.

Y si queda algo, no lo quiero.
Y si queda alguien, no le quiero.
Y si queda algo, que se vaya.
Y si queda alguien que me entienda...
si existe alguien capaz de comprenderme,
todavía no estoy preparado para hablarle.
Pues no me entiendo ni yo.