divendres, 29 de març del 2013

Harto estoy de quemarme,
en tu maldito ataúd
hijo de puta.

Harto estoy de preguntarme
quién coño eres tu,
hijo de puta.

Harto estoy de tus patrañas,
de que me encierres donde tu
deberías arder hijo de puta.

Harto estoy de tus trucos,
de tus sonrisas falsas,
hijo de puta.

Harto estoy de tus apariencias,
del falso retrato en el que te ven,
hijo de puta tienes cola y cuernos,
de qué infierno saliste al nacer,
dónde me encerraste y por qué,
me rompiste en mil pedazos,
pero no pienso ceder,
¡te mataré hijo de puta,
te mataré y no podrás volver!

Y cuando muerto estés,
cuando solo queden cenizas de ti,
me daré cuenta de que no eras tu.

Y cuando haya roto,
hasta tu último hueso,
me daré cuenta de que no eras tu.

Y tu, desvanecido todo mal,
serás un simple chico,
que un día llegó a amar.

Lo siento, amigo.
Lo siento de verdad.
Era yo el hijo de puta,
sigue el diablo en libertad.

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