Huyendo del fracaso, aceptando mi realidad.
Este es uno de
esos momentos en los que, sin pretextos, huyo. Me asusto y huyo. Soy un cobarde
disfrazado de ganador, aquel que siempre quiso ser poco más que un animal, y
que ahora se refugia en la evasión. No puedo hacer otra cosa cuando las cosas
se vuelven oscuras, me aterroriza la oscuridad.
Hay momentos en
los que desearía agacharme, acurrucarme en algún sitio y esperar a que pasara.
Esperar a que todo lo que tienes que sostener caiga, esperar a que pase el
terremoto. Me desmoralizo.
Como un cristal
roto, como un colchón viejo, inútil.
Y entonces, viene
la pregunta que todos nos hacemos: ¿Para qué he venido a este mundo?
No lo sé, supongo
que por alguna cosa estoy aquí. Para huir de mis fracasos, para evitar el
trabajo, para vivir a mi manera, no lo sé. No sé qué quiero ser, no sé quién
quiero ser, no sé de qué voy a vivir, donde voy a vivir, no sé nada de mi. Si
no sabemos nada de nosotros mismos, por qué nos exigimos tanto? Por qué nos
obligamos a hacerlo todo bien? A dar el máximo en cosas que ni siquiera nos
importan? Por qué?
Esto es una pobre
mañana de estudio, en la que ves que todo tu esfuerzo ha sido inútil. Esto es
el llanto de mi interior, hecho palabras. No puedo ganar esta batalla, no puedo
ganar esta batalla, no puedo ganar.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada